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Él nos hizo descansar en verdes praderas y reparó nuestras fuerzas


El retiro de verano realizado por Católicos Hispanohablantes en Alemania fue un bálsamo para todos los que pudimos asistir, una experiencia maravillosa de Unidad, fraternidad y gracia derramada sobre nosotros.



El tema del retiro era “El buen Pastor” y las prédicas rondaron acerca de cómo reconocer la voz del Buen Pastor en estos tiempos, brindándonos herramientas para el discernimiento y también cómo sanar aquellas heridas que dejaron en nosotros algunos pastores asalariados, que en cierta medida no se interesaban por sus ovejas. También qué hacer de ahora en adelante como seguidores de Cristo para más amarle y servirle.

Los jóvenes y niños también recibieron su catequesis e hicieron caminatas por el bosque, y llenaron con su alegría las verdes praderas que nos rodeaban.



Recibimos el regalo de la presencia de tres buenos pastores, Padre Cristian Echeverry, Padre Cristopher Cortés Pliego y Padre Ferrán Jarabo Carbonel quienes guiaron las prédicas y la administración de los sacramentos. Estamos muy agradecidos a Dios por ellos. El equipo de servidores, laicos comprometidos con el anuncio del Evangelio también fue un hermoso regalo del cielo, los músicos, las cocineras, todos trabajando para mimar a las ovejitas amadas de Dios. A continuación les compartimos un fragmento de un testimonio que nos ha compartido la oveja de corazón amarillo (ella eligió nombrarse asi y respetamos su voluntad):

Carta abierta a las ovejas


Querido lector/a, así puedo resumir mi experiencia en el retiro de verano 2022 en Rodgau- Weiskirchen. Sin embargo, eso sería muy poco para todo lo que viví en un fin de semana, así que les compartiré algunos detalles de esta maravillosa ruta.

Primero que todo quiero aclarar que no fui especialmente invitada al retiro, el retiro me encontró a mí. Semanas antes del retiro estuve viviendo una batalla campal contra el mundo y mis expectativas tan altas sobre las personas, las circunstancias, etc. que llegue a un círculo vicioso de victimización. Eso me llevó a estar en un lugar al que yo llamo “el fondo del pozo”. Todo eso lo quería dejar atrás, y por fortuna y gracia de Dios así fue.

Durante el retiro, sobre todo el primer día de llegada, estaba hecha piedra pbor dentro, con mucho temor de lo que fuera a pasar. Me había imaginado cosas extremadamente paranormales salidas de una película de Hollywood. Yo no soy – o más bien era- una persona religiosa, no obstante, si he estado practicando los sacramentos del catolicismo desde hace unos meses, lo cual me ha ayudado a levantar la cabeza del lodo en muchas ocasiones. Pero allí no terminaba esto, yo estaba en cero.




Y así en cero empezamos a orar, durante dos días y casi tres noches. Junto a personas de diversas nacionalidades, lo importante era que nos entendíamos en el lenguaje de la oración, del arrepentimiento, y de la búsqueda de algo que creíamos saber que estábamos buscando.

El día sábado llegó y allí ya estaba más que claro que Dios tenía una noticia para mí, y todas las personas que participaron en el retiro. Si bien la estaba esperando, ya me había rendido: Iba a ser su hija, muy pronto (claro está en su tiempo kairos, no en mi chronos). Para entender esto hay que saber que no fui bautizada por mis padres en el catolicismo, ni en ningún tipo de religión. No me consideraba que no lo fuera, pero esta vez a lo legal, con todo lo que conlleva serlo: entrega, dedicación, constancia y descanso en Él. Todo en él. Pero eso no es todo, el rol que jugó la virgen María fue impresionante. La virgen intercede por cada uno de nosotros, incluso si no lo pedimos, si no la notamos, o si no queremos notarla.

Pero no todo se trata de mí, también es de lo que vi. Me considero una buena observadora, así que por momentos “escaneaba” a mis compañeras y compañeros. Todos venían con sus cruces, algunas más pesadas que otras. Allí éramos todos iguales, como ante los ojos de Dios. Especialmente el día sábado, vi mucho llanto. No era llanto de dolor, sino de alivio. Ví a familias quebradas, volver a unirse, y vi colores brillantes en sus ojos después de recibir la bendición de Dios, y por supuesto la unción del espíritu santo. Los lazos que antes unían a estas personas estaban holgados cuando llegué, pues sus cruces estaban no en sus espaldas, sino entre ellos. Después del sábado, y por voluntad de nuestro padre celestial, estaban los lazos bien atados, bien apretados, y sus cruces parecían livianas, y a sus espaldas, no para marcar distancias.




Un punto clave del retiro fue el tema, cuyo foco principal era “el buen pastor”. Sinceramente, no pensé que saliera tanta tela de un tema tan “sencillo” como este. Y es que entendí que lo más sencillo es a veces lo más complicado – y viceversa-, poniendo un ejemplo muy cotidiano el comer sano. Creemos que es sencillo, pero detrás hay mucho sacrificio. Así mismo es ser un buen pastor, es sacrificarse por sus ovejas, pues el mejor pastor de todos incluso murió por ellas.

Hubo tanto aprendizaje, que no puedo hacer un compendio así de buenas a primeras en esta carta. La colaboración entre padres y sus enseñanzas desde la fe y la teología fueron especialmente gratificantes para mí, pues me encanta la academia. Desde la etimología de las palabras, hasta situaciones de la vida cotidiana que fácilmente pueden ser traducciones de comportamientos de nuestros ancestros en los tiempos de Cristo. El compartir de los evangelios desde un punto de vista visual, lúdico, hicieron un ambiente muy ameno. Jamás imaginé que en un retiro la gente se riera tanto.

Para terminar, quiero expresar mi agradecimiento a todo el equipo detrás de la organización de este evento por Dios, para Dios y en Dios. En el cielo de seguro hicieron fiesta, pues 60 ovejitas, incluyendo al equipo de cocina; estaban en su rebaño, felices, de ser pastoreadas. Estoy 99,99999% segura que todas las personas presentes se reencontraron con Jesús y la virgen María.

Este camino no acaba, más bien acaba de empezar. Si quieres ser guiado/a por el Buen Pastor, solo levántate, sacúdete un poco el lodo, que el resto lo harán su dulce madre y Él.

¡Que Dios les bendiga!

Atentamente,

La oveja de corazón amarillo.






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