En muchas partes de Alemania ya se quitó el pesebre. En otras se deja hasta el día 2 de febrero, que es la fiesta de la Candelaria y de la Presentación de Jesús en el templo. ¿Cuándo hay que sacar el pesebre? ¿Cuándo termina la Navidad? Si les gusta la teología y también algo de matemáticas sigamos con este artículo.
En la Iglesia occidental, la Navidad es la fiesta de la luz. En medio de la noche, de la oscuridad, se nos regaló una luz. Este Niño que nació en Belén hace 2020 años es la luz del mundo. Por eso decoramos y llenamos de luces las oscuras y largas noches de diciembre… al menos en el hemisferio norte. Como dice el prólogo de san Juan, que leemos el día de Navidad:
"En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron. Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz. La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo." (Jn 1,1-9)
Como a la Iglesia le gusta el numero 40, primeramente porque Jesús estuvo 40 días en el desierto, pero también por los 40 años de peregrinación del pueblo de Israel hasta llegar a la Tierra Prometida, siempre de nuevo aparece esta cifra. Para nosotros es conocida por la Cuaresma, pero también en Navidad está presente.
La fiesta de la Presentación de Jesús o fiesta de la Candelaria es el 2 de febrero. Desde Navidad, 25 de diciembre, hasta esta fiesta, han transcurrido 40 días. Tenemos que contar como los judíos, contando tanto el día inicial como el final. La fiesta de la presentación del Niño en el templo, como decía anteriormente, es el cierre de la Navidad en muchos lugares de Alemania. Es el cierre de un arco, dedicado a la luz. En el Evangelio según san Lucas leemos:
"Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor. Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor. Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.»" (Lc 2, 22-32)
La fiesta del 2 de febrero recibe también el nombre de Candelaria en honor a la Santísima Virgen, que es la portadora de la luz, porque es la portadora de Jesús, “luz de las naciones”. Así se cierra para occidente el ciclo de la Navidad.
La Iglesia oriental coloca el acento de la Navidad en la fiesta de los reyes magos, o de los sabios de oriente. Es el día de la Epifanía del Señor, es decir, el día de la Manifestación del Señor, del Niño Jesús, a todo el mundo, representado en ese momento por los tres sabios o los tres reyes. Esta fiesta la celebramos el 6 de enero. Como curiosidad, el hecho que los magos muchas veces sean presentados como tres hombres, uno de tez negra, el otro de tez morena y el tercero de tez blanca, nos indica que en ellos están representados los habitantes de África, de Asia y de Europa respectivamente. América aún no era conocida, al menos desde el lado en que se produjo el nacimiento de Jesús.
En la Iglesia oriental el acento está en el amor de Dios que es universal para todos. Ya no son los pastores, que en la misma noche del nacimiento de Jesús lo van a visitar, sino que son directamente los pueblos del mundo. Ya no se trata solo de la luz que ilumina al pueblo de Israel (aun cuando después se hará extensiva a todos), sino del don del amor de Dios en Jesús abierto a todos. Por eso es un día de regalos. Regalos se pagan con regalos, amor se paga con amor. Los reyes se dan cuenta del tremendo regalo que significa este niño, aunque no saben qué pasará con él, y por eso ellos lo visitan y le retribuyen con regalos. La manifestación del amor de Dios a todos los hombres. ¿Y qué pasa 40 días después de esta fiesta? Si sumamos, nuevamente al modo de los judíos, contando el primer y el último día, llegaremos al 14 de febrero. ¿Les suena? La fiesta del amor, de los novios, de los esposos, de los enamorados. Pero sobre todo, el fin de este nuevo arco de 40 días que se abrió con la Epifanía del Señor, el 6 de enero.
El mundo secular ha tomados todas estas fechas para hacer su negocio: de la Iglesia occidental fundamentalmente la Navidad, el comienzo de toda esta linda historia del nacimiento del Niño Jesús, para llenarnos de compras, ventas y regalos; y de la Iglesia oriental la fiesta que cierra su arco de 40 días, comenzado en la gran fiesta de la Epifanía del Señor, o fiesta de los Reyes. Nosotros ponemos el acento en la luz y en el amor, dos realidades que tanto necesitamos y que tan bien le hacen al mundo, más en este tiempo. Por eso, a la pregunta inicial: ¿cuándo termina la Navidad?, la verdad es que no lo sé. Más bien me preguntaría: ¿cuándo quieres tú que termine tu Navidad, tu tiempo de contemplar el misterio de la luz que ilumina en la oscuridad y el misterio del amor gratuito que se nos regala en el Niño Jesús. En todo caso, sería bueno terminar Navidad, al menos este año, sí o sí antes del 17 de febrero, Miércoles de Cenizas, pues ahí comienzan otros 40 días dedicados a otro misterio de la vida de Jesús.
Muchas alegría y paz para todos en este tiempo de Navidad, tiempo de Jesús Niño, tiempo de luz y de amor. Que por intercesión de la Virgen, Dios los bendiga abundantemente,
P Joselo
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