"El país que acepta el aborto no está enseñando a su pueblo a amar sino a aplicar la violencia
para conseguir lo que se quiere.
Es por eso que el mayor destructor del amor y de la paz es el aborto.”
Madre Teresa de Calcuta
En estos días fuimos testigos de una batalla librada en las cámaras de diputados y senadores de Argentina para la legalización del aborto. El proyecto era denominado "Interrupción voluntaria del embarazo". El proyecto obtuvo la media sanción en diputados pero el día 8 de agosto obtuvo un revés, ya que los senadores argentinos rechazaron el proyecto.
En los días previos a este desenlace y aún hoy, los verdes "pro aborto" y los celestes "pro Vida", se trenzaron en virulentos discursos que más que construir puentes generaron durísimos muros que a la vez no alcanzan para contener tanta violencia discursiva e ideológica.
Mujeres que se denominan feministas se reunieron bajo el lema: "educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir". Manifiestan estar defendiendo la Vida de la Madre que al ser "dueña de su propio cuerpo" puede tener la libertad de interrumpir el embarazo hasta la semana 14 de gestación y en una clínica legal. El Estado debe garantizar esta prestación de modo gratuito. A su criterio, eso detendría las muertes de mujeres en la clandestinidad que en el año 2012 asendía a 33 mujeres muertas a causa de embarazos terminados en aborto. Esta cifra justificaría, a su criterio, la implementación de la ley.
Por el contrario, los celestes bajo el lema: "Salvemos las dos Vidas", no comparten el hecho de decir que se quiere salvar la Vida de la Madre, cuando lo que se pretende es legalizar la muerte de los bebés en el vientre materno.
El aborto es una gran mentira del mundo actual. Encierra un discurso lleno de engaños y falacias que tiñen de "libertades" y "conquistas" de las mujeres el hecho de tener la posibilidad de terminar el embarazo. Se presenta como una solución mágica cuando en realidad es una mentira. Decidir no tener un bebé y pretender seguir adelante como si nada hubiese ocurrido: es una mentira. Es una práctica violenta contra la Madre y contra el hijo.
Sabemos que el mundo de hoy se presenta con caracteres progresistas, conocemos además que organismos internacionales promueven en países en vía de desarrollo o tercermundistas, el control de la natalidad...para garantizar que? el progreso económico? En detrimento de la muerte de los niños? También lo decía la Madre Teresa: “Para mí, las naciones que han legalizado el aborto son las más pobres, le tienen miedo a un niño no nacido y el niño tiene que morir”.
Esta fue sólo una batalla ganada, sabemos que vivimos en una cultura de muerte y la guerra continúa. Que todos los argentinos podamos seguir defendiendo las dos Vidas y no nos dejemos enredar con discursos engañosos y llenos de mentiras.
La Virgen María allá en Nazareth, en una sociedad patriarcal y con un machismo ortodoxo, también se vió enfrentada a un embarazo que la exponía ante su prometido, ante su Familia, ante su pueblo. Incluso corría peligro de ser apedreada hasta la muerte. Y Ella, a pesar de sus miedos y llena de preguntas, ante tanto Misterio...dijo: Sí.
Todos nosotros tenemos el don de dar Vida y ese es el trascendental momento de la maternidad o la paternidad en el que Dios nos regala la posibilidad de convertimos en co-creadores de su Obra de Amor, de belleza y de Verdad.
Y toda la bondad del mundo y toda la luz del Universo están contenidas en un pequeño "Sí". Un "Sí a la Vida" como el de María.
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